Una segunda jornada que ha dado mucho juego, aunque hay cosas que nos gustaría no haber visto
Por: Ignacio Pinedo
La segunda jornada del Open de España ha cumplido con creces las expectativas creadas, especialmente en lo que a público se refiere. Teniendo en cuenta que los rituales y danzas tribales que hemos hecho para que no lloviera han surtido efecto, el Centro Nacional ha vivido en su propia hierba cómo ríos de gente seguían el partido estelar, pero también otros partidos interesantes.
Y mañana se esperan 20 grados, así que habrá que afilar los codos para hacerse hueco entre la muchedumbre y poder ver de cerca de Jon Rahm, o a Nacho Elvira, que aunque algunos le ninguneen, es el mejor español colocado (segundo).
No parece que el desplante que hoy le ha hecho Rahm al público, que sólo trataba de animarle tras un mal golpe, vaya a pasarle factura y seguro que mañana volverá a escucharse el ‘Aúpa, Jon’ por todos los rincones del campo. Eso sí, las críticas se están leyendo por todos lados.
Y es que al público español se le pueden echar en cara varias cosas, como el uso de los malditos móviles o el que no hagan caso a los voluntarios y se muevan por todo el campo llegando incluso a molestar a los jugadores, pero las críticas llegan porque no se les puede decir que se callen cuando lo único que han hecho es animar y apoyarle tras un golpe malo, porque se morían de ganas por verle jugar. También hay que decir que el propio Jon se pasó una hora firmando autógrafos y haciéndose fotos tras terminar la vuelta. Una cosa no quita la otra.
Pero bueno, hablemos de los dos madrileños que han pasado el corte, dos luchadores como Pedro Oriol y Sebastián García-Rodríguez, que tras sus buenas vueltas de ayer, han peleado y les veremos el fin de semana. Sebas ha dejado el, para mí, mejor golpe del día, con un soberbio tiro desde el camino que separa hoyos 16 y 17, por encima del agua y dejándola a unos 6-7 metros para birdie en el 16. En ese momento se estaba jugando su pase al fin de semana, pues una bola al lago hubiera sido un drama que hacía que su caddie casi no quisiera ni mirar el golpe. Pero el espíritu de Seve invadió al pequeño Sebas y su riesgo tuvo recompensa.
Por su parte, Pedro Oriol ha querido hacernos sufrir a todos los que seguíamos su partido, ya que todo parecía relajado y su resultado estaba más cerca del top-10 que del corte, hasta que dos bogeys en el 16 y en el 17 fallando dos putts cortos han hecho que volviéramos a rezar todo lo que sabíamos para que hiciera par en su hoyo final. Me vino bien haber ido a un colegio de monjas, porque las canciones de misa que vagamente recuerdo ayudaron a Pit a hacer birdie y poder jugar mañana y el domingo.
Y si has leído el largo titular de este diario, aparte de que tienes mérito por soportar mi brasa, estarás esperando a que te cuente quien es ese inglés que hoy ha callado bocas… Pues no es otro que Callum Shinkwin, que jugó el pro-am con uno de los equipos de amateurs que ganó el sorteo de las plazas que sorteábamos. Eso hizo que llegaran muchos comentarios bastante ofensivos a la FGM por haber puesto a sus federados con un desconocido, como si fuera poco premio jugar un pro-am del Open de España.
Pues bien, el bueno de Callum no sólo llevó a sus amateurs a quedar segundos en el pro-am, sino que hoy marcha en segunda posición, demostrando a todos esos escondidos tras un perfil de Twitter que el golf no se reduce únicamente a los top-10 del mundo. Los federados de Madrid acabaron encantados y Callum está encantado de que vengáis a seguirle mañana si no cabéis en el partido de Rahm.
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