Nueve golfistas españoles han diputado hasta hoy la Ryder Cup. A saber: Seve Ballesteros, Antonio Garrido, José María Cañizares, Manolo Piñero, Pepín Rivero, José María Olazábal, Nacho Garrido, Miguel Ángel Jiménez y Sergio García. De todos ellos, Madrid aporta nada menos cinco nombres, más de la mitad.
Nueve golfistas españoles han diputado hasta hoy la Ryder Cup. A saber: Seve Ballesteros, Antonio Garrido, José María Cañizares, Manolo Piñero, Pepín Rivero, José María Olazábal, Nacho Garrido, Miguel Ángel Jiménez y Sergio García. De todos ellos, Madrid aporta nada menos cinco nombres, más de la mitad. Cuatro porque así lo atestigua su DNI: Garrido padre e hijo, Rivero y Cañizares; y el quinto, de adopción. Piñero nació en Extremadura, pero a los pocos años se trasladó a Madrid y él a sí mismo se considera madrileño.
Estamos, como saben, en año Ryder y tenemos a un español metido en el epicentro de la batalla por entrar en el equipo europeo. Asegurada un año más la plaza de Sergio García, qué difícil es conseguirlo edición tras edición y qué fácil parece hacerlo cada vez el genial jugador de Borriol, hay un segundo jugador que está peleando cada punto por estar el próximo mes de octubre en Hazeltine (Estados Unidos).
Se trata de Rafa Cabrera Bello. Su objetivo es convertirse en el primer canario que juega la Ryder Cup y en el décimo español. Una cifra tan redonda como significativa. Se han celebrado dieciocho ediciones de la Ryder desde que Europa empezó a formar parte del torneo, allá por 1979, y haber aportado al equipo hasta nueve nombres diferentes es un número como para sacar un poco de pecho.
Como decimos, Rafa está metido en la carrera por ponerse a las órdenes de Darren Clarke y este fin de semana ha dado un paso muy importante, casi de gigante, aunque no definitivo. Se ha disputado el Open de Francia, un torneo que daba muchos más puntos de lo habitual para la clasificación Ryder. Había que hacerlo bien y, sobre todo, mejor que el resto de sus rivales. Y Rafa lo ha conseguido.
Concretamente, Cabrera Bello ha finalizado en la cuarta posición en solitario, justo por delante de Andy Sullivan y mucho mejor que Matthew Fitzpatrick o Thorbjorn Olesen, que ni siquiera pasaron el corte. Así las cosas, de las ocho plazas que hay que ganarse por puntos para estar en la Ryder, Rafa ocupa la séptima, justo por delante del citado Fitzpatrick por muy poca diferencia. La mejor noticia es que ha alejado un poco más al noveno jugador, ése que podría sacar a Rafa, a Fitzpatrick o a Sullivan, están todos ellos bastante igualados, en los dos meses que quedan de recta final.
Las cuentas son las siguientes a día de hoy: Rafa tiene más de treinta puntos de diferencia respecto a Olesen por la lista del ranking mundial y más de 400.000 euros respecto a Dubuisson en la lista de ganancias del Circuito Europeo. Es decir, no hay nada definitivo, pero sí que se trata de un colchón más que generoso.
No se puede elevar nada a definitivo y Rafa necesita seguir sumando porque aún se tienen que disputar varios torneos y entre ellos dos grandes, Open Championship y PGA Championship. Ambos majors otorgan al ganador nada menos que cien puntos de ranking mundial, una cifra que podría poner la clasificación para la Ryder patas arriba... Piano piano... Aunque Rafa está hoy un poco más cerca que ayer de ser ese décimo hombre.
De confirmarse, Madrid habría aportado justo la mitad de los golfistas españoles a la mejor competición que existe en este deporte.
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