Noticias

Pura vida

El golf es donde todos, buenos y menos buenos, caen. Es la gran escuela de la humildad. Jugar bien al golf, qué quimera y qué ilusión. De un día bueno, le siguen 30 malos. Un deporte que parece reírse de nosotros. Si aprendes a perder, acabarás ganando.

Celebrando victorias

Al golf hay que darle mucho y pasar por el aro constantemente. Lo verdaderamente importante es aprender a jugar en la incomodidad y el desencanto para hacer pocos golpes. Tocándola mal, fallando y sabiendo que seguirás fallando porque ese no es tu día.
Puede ser un juego aéreo, ligero, relajado, exuberante, divertido, en soledad o acompañado y siempre generoso en emoción. Pero también puede ser un juego ingrato si no le das un mínimo de actitud. El golf castiga y ridiculiza de tal manera que la actitud sufre auténticos descalabros.
Es fácil sucumbir a las primeras de cambio por desdén. Lo más doloroso para el que falla es saber que podía no fallar el swing y el drama se repite: campos llenos de jugadores serios, abrumados por su incompetencia y tan cerca de la gloria…bastan dos bolas tocadas en la yema para sentir la emoción del golf, llegándose al enganche por puro placer.
Cuando se falla un golpe, no es malo enfadarse y exteriorizarlo, siempre y cuando lleguemos calmados y concentrados al siguiente golpe. Si no es así, probablemente volvamos a fallar, encadenando enfado tras enfado...
Cuando te enfades, acuérdate de lo malo que eres y que para ser bueno de verdad o se empieza de niño o se vuelve al putting green.



Compartir en

Más noticias

Match España-Inglaterra, ya en liza

Comienza el tradicional Match Mixto España-Inglaterra

El silencio, la melodía del golf

Para el golfista, el silencio no es vacío, sino la música que acompaña cada swing, cada estrategia, cada instante d...

Los senior y supersenior madrileños juegan más para vivir mejor

Los seniors y superseniors madrileños siguen su calendario de competiciones y ayer jugaron en Palomarejos 91 jugado...