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Mens sana in corpore sano

Algunos señalan que el golf es como un gimnasio para las neuronas y las emociones, promoviendo el autoaprendizaje, la confianza en uno mismo y el control emocional.

Último vistazo a la guía del campo

Se puede vivir una vida sin despertar, sin descubrir todas las aptitudes que nuestra inteligencia nos da, sin incrementar nuestro patrimonio, perdiendo valor y neuronas, a lo largo de los años, o por otro lado incrementar nuestros fondos, generando riqueza e inteligencia, disfrutando y siendo feliz en cualquier actividad que se haga. El golf por ejemplo.
Un estudio de la Universidad Camilo José Cela, realizado en el 2007, concluye que cada sesión de golf implica poner a prueba la fuerza de voluntad y la disciplina, mantener el control de las emociones y ejercitar el autoaprendizaje y la confianza en sí mismo. Está demostrado científicamente que las personas que deciden hablarse a sí mismas de una manera más positiva, consiguen remodelar físicamente su estructura cerebral, actuando sobre los circuitos que las generan. 
Por ejemplo, un niño familiarizado con el golf -hay conexión directa entre la lógica del golf y la lógica matemática- mejora su capacidad intelectual y también su comprensión vital, pues el recorrido ayuda a interpretar signos, asociarlos y sacar conclusiones.
Y los golfistas senior que empiezan a ser “legión” en este deporte, en esa edad donde las responsabilidades laborales son menores o se ha llegado al “júbilo” de jubilarse, el golf es un pasatiempo ideal. Se hace deporte, sin sobresaltos ni enormes esfuerzos, se pasea por parajes maravillosos, donde naturaleza y fauna se funden en agradables mañanas o tardes, se crean relaciones con otras personas y quién sabe si una buenísima amistad…
Es más fácil inculcar hábitos saludables a edades tempranas que eliminar hábitos malos o autodestructivos en la edad adulta. Sedentarismo, tabaquismo, sobrepeso, inadecuada alimentación y otras variables están presentes en la génesis y desarrollo de las llamadas enfermedades degenerativas, que se asocian a los males del mundo desarrollado: arteriosclerosis, artrosis, diabetes tipo II, etc…
Estas patologías, aunque se manifiestan en la edad adulta, comienzan a gestarse en la infancia. Y es entonces cuando se pueden comenzar a prevenir, entre otras maneras, practicando deporte. El golf también ayuda a combatir y ralentizar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.
Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase que en su momento sonaba metafórica. Ahora se sabe que es literal: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.

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