Nunca se puede tirar la toalla, y menos una golfista de la talla de Marta Sanz. Aún así, la clasificación en esta fase final de la escuela del LPGA obliga a rendirse a una realidad que apunta a que no veremos a Marta jugar el circuito americano la próxima temporada.
Nunca se puede tirar la toalla, y menos una golfista de la talla de Marta Sanz. Aún así, la clasificación en esta fase final de la escuela del LPGA obliga a rendirse a una realidad que apunta a que no veremos a Marta jugar el circuito americano la próxima temporada.
Desde el principio del torno los números no han acompañado a la madrileña que tampoco ha conseguido mejorarlos con el paso de los días. Ayer, tras iniciar la tercera ronda con un bogey al 10, alternó birdies y bogeys para acabar al par los primeros nueve hoyos.
Con la tarjeta otra vez a cero, tocaba volver a empezar en el hoyo uno, y como si la historia quisiera repetirse, volvió a firmar el bogey aunque, lamentablemente, esta vez no pudo compensarlo con birdies y anotó otros dos golpes a su tarjeta para terminar con 75 impactos y relegada al pelotón de jugadoras que marchan con +8, y muy alejada de las veinte jugadoras que obtendrán tarjeta.
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