Marta Sanz es la jugadora española que mejor lo ha hecho este año en la gran Final de la Escuela del LPGA Tour, el circuito americano femenino. La golfista madrileña se quedó a dos golpes de lograr la tarjeta condicionada. La falta de información y su habitual ambición y espíritu guerrero le jugaron una mala pasada. Estaba dentro y se quedó fuera por una mala decisión que guarda una historia detrás. Pero lo mejor es que lo explique ella misma...
Marta Sanz es la jugadora española que mejor lo ha hecho este año en la gran Final de la Escuela del LPGA Tour, el circuito americano femenino. La golfista madrileña se quedó a dos golpes de lograr la tarjeta condicionada. La falta de información y su habitual ambición y espíritu guerrero le jugaron una mala pasada. Estaba dentro y se quedó fuera por una mala decisión que guarda una historia detrás. Pero lo mejor es que lo explique ella misma...
“La última jornada empecé la vuelta por el hoyo 10, por lo que tuve que acabar por el 9. Allí no es como en el hoyo 18. No hay nadie y no hay información alguna sobre cómo están los resultados. La última pizarra que yo vi fue en el hoyo 6 y sólo decía que el puesto 20 (aquellas que logran la tarjeta total) estaba en cinco bajo par. No sabía nada más. Pero claro, hice mis cuentas y dije: si la vigésima está con -5, con el nivel de juego tan brutal que hay aquí, el puesto 45º (el que daba la tarjeta condicionada) debe estar por los menos en +1 o al par. Yo iba +2 en el total, así que fui descaradamente a por el birdie. Debía intentarlo porque me veía fuera. Tenía un tiro muy complicado, casi imposible, y me la jugué. Eran 190 yardas a la bandera, con un híbrido, con el viento en contra de la izquierda, agua, un bosque y una bandera corta muy ajustada. Siempre hay que ir a centro de green en ese tiro, pero me jugué el golpe imposible y no salió”, relata.
Decepcionada se marchó directa al hotel, junto a su madre, que le hizo de caddie esa semana. “Le tengo que dar las gracias porque ha sido mi gran apoyo. Me ha levantado muchas veces”, acota Marta orgullosa. Nada más llegar a la habitación abrió el ordenador y echó un vistazo a los resultados. En ese instante se dio cuenta de que el +2 había entrado entre las 45 primeras y que, por tanto, le habría servido el par en su último hoyo. “Cuando lo vi no sabía dónde meterme, me hervía la sangre. Si lo llego a saber habría jugado el hoyo de otra manera...”, admite aún con rabia.
Marta no tendrá la tarjeta condicionada del LPGA Tour la próxima temporada y la decepción es grande, pero después de haberla tenido este año y saber lo que supone, el disgusto es algo menor. No hay que olvidar que la brava golfista del RACE sólo ha podido jugar este año tres torneos, así que es una faena quedarse sin esa opción, pero tampoco es muy grave. “Visto con perspectiva no es tan importante, pero sí quería tenerla por si me clasifico para los grandes y lo hago bien. Ahí se suma mucho y con la tarjeta condicional me habría dado una opción de sacarme la tarjeta sin necesidad de ir a la Escuela. Pero bueno, ha pasado así y ya sólo me queda centrarme en el Ladies European Tour, donde tendré la tarjeta completa el próximo año”, afirma con su habitual madurez.
La pequeña de las hermanas Sanz se queda, no obstante, con el buen sabor de boca de haber desplegado un buen golf durante toda la semana. “He jugado bien, pero ha sido de esas semanas donde todo salía mal. Es difícil porque te estás jugando mucho y te vienes abajo. Por suerte, el cuarto día todo me salió bien, hice una vuelta baja y pasé el corte. Se ve que la perseverancia da frutos, pero el último día no pudo ser”, señala.
El desenlace de la Escuela ha sido un revés, pero para nada ha tumbado a Marta, más bien al contrario. Ha salido más reforzada y con ganas de hacerlo bien el año que viene en el Ladies European Tour. Sale la Marta guerrera. “Tengo muchas ganas de que empiece ya la temporada y hacer un buen año en el Ladies European Tour. Tener la tarjeta completa es una suerte, ya que no tienes la ansiedad de saber que o lo haces bien en las pocas oportunidades que tengas o no tienes nada que hacer. Es una de las cosas que he aprendido este año. Es muy difícil jugar con ansiedad, hay que tomárselo con calma y yo lo voy a poder hacer el año próximo”, asegura.
Que Marta le tiene ganas a la próxima campaña no es sólo una manera de hablar. La madrileña predica con el ejemplo. Llegó ayer de Estados Unidos y hoy ya estaba en el gimnasio y entrenando. Ambición. El objetivo para 2016 es “mejorar lo que he hecho este año e intentar meterme en los grandes. Tengo muchas ganas de hacer una buena temporada”.
Echando la vista atrás, Marta se queda con la experiencia y el aprendizaje que ha obtenido este año. No hay que olvidar que se ha cruzado en varias ocasiones en el mundo buscando oportunidades de jugar. “Si me he ido hasta Hawái para jugar una previa de lunes... Que ahora lo piensas y dices, pero a ti se te ha parado la cabeza o qué... Ha sido un año duro, pero no lo cambio por nada. He aprendido muchísimo y también he disfrutado. Lo mejor de todo, sin duda, poder compartir circuito con mi hermana”. Pues que se preparen porque las hermanas Sanz volverán al ataque en 2016.
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