
El Centro Nacional de Golf ha acogido con éxito la celebración del ISPS Handa Spain Open de Ciegos, un torneo que ha reunido a jugadores invidentes procedentes de nueve países de Europa. El evento se ha celebrado en dos jornadas y ha dejado cuatro campeones, por más que lo más relevante no ha sido tanto el resultado como el hecho de haber podido disfrutar de esta competición pionera en nuestro país. Vídeo así juega un hoyo el campeón del mundo ciego Este evento, organizado por el Comité de Golf Adaptado e Inclusivo de la RFEG marca un hito en nuestro país y tiene como uno de sus objetivos principales la promoción de nuestro deporte como actividad apta e indicada para todas las personas con discapacidad visual.El reglamento establecía tres categorías visuales en función de las cuales se ha desarrollado el torneo: B1 (ceguera total), B2 (discapacidad visual grave) y B3 (discapacidad visual moderada).
En B1 la victoria ha sido para el israelí Zohar Sharon (208 golpes), actual campeón del mundo; en B2 para el madrileño Marc Oller (203) y en B3 para el escocés Barry Mc Cluskey (168), ganador asimismo en categoría Stableford.
El torneo ha contado con la participación de dieciocho golfistas, cuatro de ellos españoles: Alejandro de Miguel, en B1, y Raúl Fernández, Carlos Schillin y el propio Marc Oller, en B2. El resto de participantes han llegado desde Irlanda, Canadá, Inglaterra, Irlanda del Norte, Holanda, Escocia, Austria e Israel.


El golf para ciegos apenas se diferencia del golf para personas con otras discapacidades; al revés de lo que se pudiera pensar no hay ningún tipo de adaptación dentro del propio campo. Ni los hoyos son más grandes ni los recorridos más cortos. La gran diferencia radica en la existencia de la figura del guía, en la que el jugador se apoya durante los 18 hoyos.

Ese guía desempaña un papel fundamental, siendo sus tareas las de ayudar a la persona ciega a moverse durante todo el recorrido por el campo, colocar la bola, describir el golpe (metros a bandera, búnkers, agua,…) y perfilar al jugador apuntando al sitio deseado. Por buscar un símil, podríamos decir que el guía juega a través del jugador ciego como si de una partida de videojuego se tratase.
No existe una única metodología de trabajo para el golfista ciego y su guía; ambos van desarrollando su propio lenguaje a medida que trabajan juntos. Hay jugadores que prefieren más información sobre el golpe que deben ejecutar y otros menos, los hay que se apoyan en herramientas acústicas para orientarse, algunos recorren la distancia desde la bola hasta la bandera para obtener más información,…
La Escuela de Golf de la FGM creó hace ya varios años, a primera escuela para discapacitados visuales, con clases intentan unificar criterios de técnica, estrategia y manejo en el campo, y el lugar donde regularmente entrenan los discapacitados visuales de la FGM que han participado en el Abierto de España.