Luna Sobrón ha puesto un broche de oro a una temporada que tardará en olvidar. Arrancó sin tener la tarjeta completa de Ladies European Tour y termina con la tarjeta de Europa en el bolsillo, segunda en el ránking de rookies y con la tarjeta del LPGA Tour.
Luna Sobrón ha puesto un broche de oro a una temporada que tardará en olvidar. Arrancó sin tener la tarjeta completa de Ladies European Tour y termina con la tarjeta de Europa en el bolsillo, segunda en el ránking de rookies y con la tarjeta del LPGA Tour. Éxito absoluto. El próximo año Luna será ya una jugadora global, con el desafío, duro pero apasionante, de tratar de mantener los derechos de juego a ambos lados del Atlántico. La jugadora balear adscrita a la Federación de Madrid se siente preparada. Asegura que este año ha dado un salto espectacular y en esta entrevista apunta algunas claves.
¿Cuál fue el secreto para lograr el éxito en la Escuela del LPGA Tour?
“La Escuela es un torneo de tener mucha calma. Jesús (Mozo, su caddie) me dijo nada empezar a entrenar que era un torneo largo, que se necesitaba paciencia, y que no diese ningún golpe por perdido. Y que luchase cada uno de ellos, porque al ser cinco días nunca sabes lo que puede pasar. De hecho, yo empecé la semana con un +1, y conseguí remontarlo hasta el final.
Creo que la clave fue jugar tranquila, sin nervios, con confianza y seguridad. Llevaba trabajando mucho desde hace ya tiempo, y venía de una buena temporada, sabía que era cuestión de tiempo que saliese. Y luego, pateé bastante bien, hice bastantes birdies. Estaba continuamente tirando para birdie”.
¿Qué te ha aportado concretamente la presencia de Jesús Mozo (hermano de la profesional Belén Mozo) en tu bolsa?
“Desde que le dije que se viniese conmigo a la segunda fase de la Escuela, sólo he tenido alegrías con él. Disfruto bastante, me ayuda, me da confianza y creo que ahora mismo es cuando me empieza a conocer bastante bien. Sabe qué cosas buenas tengo, qué debilidades... Conoce mi juego. Gracias a él he mejorado mi forma de jugar en el campo. Me he vuelto una persona más segura de mí misma. ¿Algo en lo que me haya ayudado en concreto? Calma, tranquilidad... Me lo decía. Además, él es una persona bastante tranquila, y eso en el campo es bueno”.
¿Alguna idea ya de lo que harás el próximo año, cómo intentarás compaginar ambos circuitos?
“Pues no lo sé aun... la verdad que estoy un poco agobiada con la cantidad de cosas y papeles que me están mandado y que tengo que hacer para tenerlo todo listo para el año que viene. Son muchas cosas. Por ahora no me planteo vivir allí. Son bastantes semanas seguidas y en cuanto pueda volveré a casa, que seguro que la echaré mucho de menos. Veremos cómo va el año y ya decidiré. Poco a poco. De golpe no quiero hacerlo”.
¿En qué ha mejorado Luna este año?
“Después de todo el trabajo que llevo encima, sabía que tarde o temprano tenía que salir. Mi juego esta más sólido, consistente. El putt es la clave de todas mis mejoras. Antes era mi punto débil y ahora sólo veo la hora de llegar al green y verlas todas dentro del hoyo. Es muy psicológico sí, pero ese cambio de chip en mi cabeza ha hecho que mejore.
Yo siempre le digo a mi padre, si cojo calles, hago pocas y si no, pues haré +1, +2... Y así fue en la Escuela. Nada más acabar el primer día, Jesús me dijo: más que hoy no puedes hacer. Si coges calles haces, harás pocas. Y yo me reía porque a mi padre siempre le digo lo mismo. En general mi juego está muchísimo mejor, mi cabeza también. He trabajado este año seis meses con una coach para prepararme la Escuela, y funcionó. Soy una nueva persona en el campo de golf, disfruto”.
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