Una sonrisa se dibuja en la cara de Luna Sobrón cada vez que una hoja comienza a cimbrearse o una bandera se agita. Da igual el escenario. No importa la trascendencia del torneo. Ni siquiera influye que quien camina unos metros más allá sea la Número Uno del mundo o tenga varios majors en su hoja de servicios. Lo único relevante es que el viento ha empezado a soplar y comienza el juego, la diversión.

Luna atiende a la Federación de Golf de Madrid apenas unas horas después de rubricar un Ricoh Women British Open memorable. La brava golfista amateur ha sido decimotercera en Turnberry bajo unas condiciones de juego muy duras, acabando bajo par, codeándose con las mejores del mundo y demostrando que tiene un sitio junto a ellas. Aún está asimilando lo que ha conseguido. Unos días de merecido descanso en la playa ayudarán a hacer un feliz balance.

“Lo que ha ocurrido ha superado con creces cualquier previsión. Mentiría si dijera que me lo esperaba. Para nada. Ha sido una sorpresa. Estaba jugando bien y me gustan mucho los links. Sabía que si me salían las cosas tendría opciones de pasar el corte, pero nunca imaginé acabar tan arriba”, afirma Sobrón.

La jugadora de la Federación de Madrid nos cuenta su secreto. Nos habla del viento. Su pequeño gran aliado en el campo de golf. “Tengo mucha facilidad para jugar cuando sopla viento y las condiciones se ponen muy duras. No sé muy bien por qué. En los campos donde yo empecé a jugar tampoco hacía mucho viento, pero se me da bien. Creo que debe ser por mi swing. Tengo la habilidad de llevar la bola muy recta”, asegura. La joven que susurraba al viento tiene también sus preferencias, porque no todos los vientos son iguales. “Me encanta cuando sopla cruzado, de derecha a izquierda y un poco a favor. Sin embargo, odio el contrario, el de izquierda a derecha y en contra. Mi fallo más habitual es el 'push' (a la derecha) y con ese viento es horroroso”, afirma.

Sobrón tendrá mucho que recordar de esta semana en Turnberry. Su particular álbum del torneo está plagado de imágenes preciosas, como esa ronda de prácticas con Catriona Matthew, “donde estuve más nerviosa que en el propio torneo”, o ese saludo con Inbee Park en la ceremonia de entrega de trofeos o ese putt de más de diez metros en el hoyo 12 el domingo. No obstante, si hubiera que quedarse con algún golpe, Luna lo tiene claro: “el hoyo 18 entero el último día. Se estaba jugando con viento en contra. Si el jueves pegamos drive y sand wedge, el domingo tuvimos que pegar drive y madera 5. El drive fue muy bueno y la madera 5, espectacular. Salió justo como quería, muy bien tocada y a bandera. La dejé a un metro y medio. Lástima que no entró el putt”, apunta.

Luna no tiene ninguna intención de ponerse a correr en su carrera justo ahora. Tiene los pies bien asentados en el suelo y su idea es ir paso a paso. Su objetivo principal en estos momentos es obtener la tarjeta del Ladies European Tour. Le quedan cinco torneos del LETAS (la división de plata del circuito europeo) y necesita acabar el orden de mérito entre las cinco primeras. Si no lo consigue, lo intentará por la Escuela. Y cuando tenga la tarjeta se pasará a profesional. Ideas claras. Eso sí, entre tanto, defenderá a Madrid en el campeonato interterriotorial. Un lujo. Ahora, sólo resta mirar a las copas de los árboles y desear que empiece el baile.