Dos victorias de Sergio García (Omega Dubai Desert Classic del European Tour y Masters de Augusta), una de Jon Rahm (Farmers Insurance del PGA Tour) y otra más de Álvaro Quirós (The Rocco Forte Verdura Open del European Tour). Cinco meses de 2017 y cuatro triunfos, entre los que, obviamente, reluce más que el sol el de Augusta.
Dos victorias de Sergio García (Omega Dubai Desert Classic del European Tour y Masters de Augusta), una de Jon Rahm (Farmers Insurance del PGA Tour) y otra más de Álvaro Quirós (The Rocco Forte Verdura Open del European Tour). Cinco meses de 2017 y cuatro triunfos, entre los que, obviamente, reluce más que el sol el de Augusta.
Corren tiempos buenos para el golf español. Ocupa primeras planas en periódicos y telediarios. Se habla de éxitos. De jóvenes talentos como el de Jon Rahm que emergen con una fuerza inusitada. De talentos descomunales y arrolladores que se confirman como el de Sergio en el Masters. Y de jugadores con un poderío muy especial que parecían perdidos para la causa y que vuelven, caso de Álvaro Quirós. Todo suma. Todo invita. Todo arrastra.
Si algo tiene el deportista español es talento. Va en los genes, en el ADN. Es algo muy nuestro. En golf los ejemplos son incontables. Aquí van algunos, sólo unos pocos: Seve Ballesteros, José María Olazábal, Manolo Piñero, Sergio García, Álvaro Quirós, Jon Rahm... Jugadores todos ellos que nacieron en pueblos muy pequeños, casi perdidos en el mapa, con orígenes humildes, pero de un talento innato extraordinario.
El golf cuenta con ese motor sensacional. Uno mira cada caso con lupa y la conclusión es que cualquiera puede ser Seve, o Jon, o Sergio, o Álvaro. De Pedreña, de Guadiaro, de Borriol, de Barrika. Este es el incalculable valor que tiene el golf y que hay que trasladar a la sociedad. Ellos, con sus victorias, nos lo recuerdan, y nosotros sólo tenemos que hacer énfasis cada vez que podamos.
Esta semana se produce otro hecho extraordinario en el golf español. Dos de los nuestros coinciden en el top ten mundial. Sí, Rahm y Sergio. Sergio y Rahm. Miramos este club de máxima élite del golf y resulta que hay dos españoles, dos suecos, dos norteamericanos, dos australianos, un japonés y un norirlandés. Hacía 25 años que no había dos españoles en el top ten mundial. Hay que disfrutarlo y contarlo. Porque quien juega al golf sabe lo difícil qué es eso. Nadie puede negar que en España hay un talento especial para el golf y hay que contarlo.
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