El golf, a menudo percibido como un deporte pausado, ofrece una sorprendente variedad de beneficios para la salud tanto física como mental. Más allá del movimiento del swing, el golf es una actividad que se revela como un aliado para el bienestar integral.
Beneficios físicos:
- Control del peso y salud cardiovascular: Caminar por los campos de golf -en una ronda habitual de 18 hoyos se caminan entre 8 y 10 kilómetros-, junto con el propio gesto técnico, implica un ejercicio moderado que ayuda a quemar calorías, controlar el peso y favorece el incremento del colesterol “bueno” (HDLc). Asimismo, contribuye a mantener una presión arterial saludable, lo que repercute positivamente en la salud cardiovascular.
- Fortalecimiento óseo y muscular: Los movimientos implicados en el golf, en especial el swing, fortalecen los músculos y previenen la osteoporosis, al ser un ejercicio que soporta el peso corporal.
- Metabolismo de la glucosa: El golf incrementa la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de insulina plasmática posprandial, lo que resulta muy beneficioso para las personas con diabetes o en riesgo de padecerla.
Beneficios mentales:
- Reducción del estrés y la ansiedad: El entorno natural de los campos de golf, junto con la concentración requerida para el juego, promueve la relajación y ayuda a controlar la ansiedad.
- Bienestar emocional: La interacción social con otros jugadores y el disfrute del aire libre contribuyen a mejorar el estado de ánimo, lo que puede ayudar a prevenir la depresión.
En resumen, el golf es mucho más que un juego: es una actividad completa que nutre el cuerpo y la mente, adaptándose a personas de todas las edades y condiciones físicas.