Intensísima esta segunda jornada en el Abierto de Madeira en la que el riguroso recorrido del Porto Santo Golfe –un diseño de Ballesteros que alcanza su quinto año de vida- ha representado las dos caras de la moneda para los dos madrileños que esta semana compiten en el Circuito Europeo.

La cara más amable fue la que le mostró a Ignacio Garrido quien gracias a una tarjeta de 68 golpes en la que había anotado 6 birdies y 3 bogeys, logró abandonar el puesto 65 donde se había instalado tras el primer día para escalar hasta colocarse entre los 20 primeros.

La cara amarga, la cruz, la que vio Santiago Luna (78) que a pesar del magnífico trabajo realizado el jueves, no encontró hoy su sitio sobre el campo y una sucesión de bogeys (6 y un triple bogey) eclipsaron los dos birdies conseguidos.  A pesar del resultado, Luna logró salvar el par por lo que los dos madrileños inscritos seguirán en competición durante el fin de semana.

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