​Los dos responden al mismo nombre, pero uno es del Rey y otro Aguilera. Son Alejandro, obviamente. Jóvenes y sobradamente preparados. No han hecho más que empezar en esto del golf, pero ya están dando que hablar, y mucho, y se han convertido en dos fieles referentes de la prometedora cantera madrileña.

Ambos apuestan por Estados Unidos para continuar con su formación académica y deportiva, siguiendo en la línea de la última gran generación del golf español formada por Jon Rahm, Pep Anglés o Scott Fernández, golfistas que se fueron a Estados Unidos y que hoy ya están en la élite, uno con la tarjeta del PGA Tour, otro con la del European Tour y el tercero haciendo camino en el Challenge.

Alejandro del Rey, cosas de la edad, ha sido el primero en aterrizar en América. No le faltaban ofertas gracias a su fantástica trayectoria como amateur en España. Ingresó en Arizona State. Garantía de éxito del golf español. Por sus campos y vestuarios han pasado Alejandro Cañizares, Azahara Muñoz, Carlota Ciganda o Jon Rahm. Casi nada. Aterrizó allí en agosto, por lo que así como quien dice está dando sus primeros pasos, aún en periodo de adaptación. Pese a todo, ya ha tenido tiempo de demostrar su valía. Ha jugado tres torneos y ya se ha marcado una vuelta de 68 golpes en el Alister MacKenzie. Excelente materia prima. Un diamante que se está puliendo con mimo y acierto.

Tras sus pasos viene otro Alejandro, Aguilera, Raspu entre los amigos. Otro diamante bruto. Uno de los mejores amateurs del año en España junto al malagueño Ángel Hidalgo. Carácter y calidad. Talento, imaginación y muchísimo atrevimiento. Acaba de estar en el Doral Publix Junior de Miami y ha peleado por la victoria hasta el final. Ha aprovechado la estancia en Estados Unidos para tomar contacto por primera vez con el mundo universitario.

Un talento como el suyo no pasa desapercibido al otro lado del Atlántico y no son pocas las universidades que ya han puestos sus ojos en el madrileño. De hecho, sobre la mesa ya tiene una jugosa propuesta de Iowa State, universidad por la que recientemente han pasado dos españoles tan prometedores como Scott Fernández o Borja Virto.

Sea como fuere, Raspu aún tiene tiempo por delante para darle vueltas a la cabeza y tomar esta decisión tan importante. Universidades no le van a faltar. El talento madrileño se cotiza alto en Estados Unidos.