Yago Horno Mateo se marchó a casa el sábado pasado feliz como unas castañuelas. Acababa de ganar por hándicap en Isla Canela Golf un torneo organizado por la Federación Andaluza de Golf y puntuable para el ranking nacional. Yago tiene siete años y con ese triunfo se abría las puertas del Campeonato de España. Día completo.
Yago Horno Mateo se marchó a casa el sábado pasado feliz como unas castañuelas. Acababa de ganar por hándicap en Isla Canela Golf (Huelva) un torneo organizado por la Federación Andaluza de Golf y puntuable para el ranking nacional. Yago tiene siete años y con ese triunfo se abría las puertas del Campeonato de España. Día completo.
Sin embargo, unas horas después, al llegar a casa y revisar tranquilamente la tarjeta junto a su padre se dio cuenta de que había cometido un error. Volviendo a sumar los golpes descubrió que había hecho 51 y no 50 como había firmado en su resultado. Su padre le comentó que esta equivocación aparece reflejada en las Reglas de Golf y supone la descalificación del torneo.
Dolido por el error, pero consciente de que la clasificación del torneo no era justa, Yago agarró papel y boli y escribió de su puño y letra una carta donde explicaba al club lo sucedido, renunciando a los trofeos que había ganado y asumiendo su descalificación.
También en la carta asegura haber aprendido la lección. Ya no entregará nunca una tarjeta sin haberla revisado antes a conciencia. Yago es hijo de Kostka Horno, gerente de Isla Canela Golf, y entrena en la Escuela de Juan Agüera.
Una historia inspiradora que habla de deportividad, educación y valores. Es el ejemplo de un padre y su hijo de siete años.
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