El uso de variedades de césped resistente a la sequía y de agua regenerada es la norma en los campos de golf de Madrid, así como el uso de especies autóctonas de hierba.
"El golf es el único deporte en el cual los jugadores no son sancionados por estar en contacto con la hierba", Bob Hope
Dejando el enorme sentido de humor del actor legendario Bob Hope a un lado, el uso mayoritario de hierbas resistentes al estiaje en los campos de golf madrileños viene a corroborar la importancia que otorgan los clubes a la gestión eficiente del agua.
Más del 70% de los campos emplea en algún lugar de su superficie de juego variedades de césped resistentes a la sequía, lo que redunda en una reducción de las exigencias hídricas de la instalación. El 88,9% de los campos que emplean este tipo de variedades vegetales lo hacen en el rough, eliminando así la necesidad de regar en una de las zonas más extensas del campo.
Cada vez más clubes optan por plantar este tipo de céspedes en sus campos y emplear especies autóctonas para realizar replanteos.
Este tipo de actuaciones, entre otras muchas, son las responsables de que el golf en la Comunidad de Madrid esté reduciendo año tras año el consumo de agua en sus instalaciones.
El consumo de agua en los campos de golf de Madrid es de unos 8 hectómetros cúbicos al año. El riego de los campos no se produce con agua potable. Siempre se utilizan aguas regeneradas, aguas subterráneas y, en escasas ocasiones, derivaciones de aguas superficiales.
Los campos madrileños de golf son el primer cliente del Canal de Isabel II de agua regenerada, representando el primer consumidor privado de este tipo de aguas de la Comunidad.
La industria del golf está muy concienciada con el consumo eficiente del agua, la reutilización y la escasez del recurso.
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