El invierno es una buena época para hacer una revisión del juego con calma y desde la distancia. Ya que hay menos oportunidades de jugar, hay más tiempo para perfeccionar aspectos concretos y analizar nuestro proceso mental durante el juego.
La estación más fría del año invita a la introspección, diagnosticar problemas y encontrar soluciones. Siendo sincero con uno mismo se puede pensar en cómo se ha jugado la última temporada, cómo será la próxima para realmente disfrutar jugando al golf.

Encontrar problemas concretos en los componentes del juego; el drive, el approach (golpes en el green), golpes de recuperación (el pitch, el chip y los golpes desde el bunker), el putt y la actuación en el campo. A lo largo de los años, probablemente se encontrará algún punto débil.

¿Cuántos golpes se hubieran salvado si no reinara el mal humor, el desánimo en lugar de el juego sereno y confiado?

No desanimarse ante un golpe defectuoso cuando las condiciones no son las más adecuadas es vital. Concentración en el tempo y en efectuar un swing del modo más perfecto. También es buena opción hacer un curso para refrescar los fundamentos. Por el momento, lo más importante es golpear con firmeza y con la cara del palo en ángulo recto.

Pero, sobre todo, disfrutar y pasarlo bien jugando.