Es semana de Masters y, por tanto, semana del cumpleaños de Severiano Ballesteros.  

Hoy se celebra el 67 cumpleaños de Seve, y el 44º aniversario de su primera chaqueta verde en Augusta National. La primera para un europeo en la historia del torneo. 

Es semana de The Masters y momento de rememorar a una de las figuras más transcendentales de este deporte, porque Ballesteros es uno de esos pocos casos en la historia del deporte mundial en los que su aporte a su disciplina trasciende más allá de su palmarés. 

Además de mostrar un coraje y determinación como ningún otro en un campo de golf, su aportación como embajador de España, Ballesteros es, muy posiblemente, el mejor deportista español de todos los tiempos. Puede que haya otros deportistas con mayor palmarés, pero ningún otro ha influido tanto en su deporte como para transformarlo. 

Aparte de la imaginación, el carisma y la creatividad con la que jugaba al golf, Seve influyó en compañeros -rápidamente llegarían las victorias de Bernhard Langer, Nick Faldo o José María Olazábal, que vieron en Severiano el camino a seguir-, la industria y los aficionados hasta cambiarlo, hacerlo crecer, mejorarlo. “Con mi aparición en el Circuito Europeo, no sólo llegaron los patrocinadores, sino que logramos cosas tan básicas hoy en día como las taquillas para cambiarnos, o un fisioterapeuta para cuando terminábamos la ronda”, comentaba Seve. Ahora, todos disfrutan de eso de manera natural. 

Fue ese ímpetu e incluso sus enfrentamientos con el DP World Tour lo que amplió los horizontes de los circuitos profesionales y aglutinó aficionados por todo el mundo antes de la llegada de Tiger Woods. 

“Ya hubo otro Tiger Woods veinte años antes, y nació en España”, comentaba Ballesteros. 

Seve fue quien demostró que un europeo podía ganar a los americanos no sólo en la perfección de Augusta National –Ballesteros fue el primero en lograrlo-, sino también de manera colectiva, revolucionando la Ryder Cup para transformarla de lo que entonces era una contienda anodina donde lo difícil era saber por cuántos puntos de diferencia ganaría el combinado americano, para convertirla en el tercer evento deportivo mundial con mayor número de aficionados y demostrar que Europa tenía tanto o más talento para la victoria. 

En realidad, es el cumpleaños de Seve y, por tanto, la semana en la que se celebra el Masters.