Cuatro madrileños afrontan la próxima semana la semifinal de la Escuela del European Tour. Se juega en cuatro campos de España y han quedado distribuidos de la siguiente manera: Javier Gallegos y Toño Hortal estarán en Las Colinas Country Club, Sebastián García Rodríguez en El Saler y Pedro Oriol en Lumine. Es una semana crucial en la temporada, ya que determina dónde, cuánto y cómo podrán jugar cada uno de ellos el próximo año. Es algo así como una entrevista práctica de trabajo, como las pruebas físicas de una oposición a la Guardia Civil.

Evidentemente, desde la Federación de Golf de Madrid deseamos la mejor de las suertes a los cuatro la próxima semana, pero hoy nos queríamos detener en la historia de Sebastián García Rodríguez y el campo del El Saler, en el Valencia, donde le ha tocado jugar. Es algo así como un guiño del destino.

Sebastián y El Saler tienen una particular historia de amor, lo cual dicho sea de paso, a modo de advertencia, no garantiza nada como es lógico, pero sí que allana el camino en las horas previas a la gran prueba.

¿De dónde viene el idilio? Pues en parte se forjó en el Open de España de 2013. Allí jugó un jovencito García Rodríguez con sólo 24 años. Era el tercer torneo del European Tour que disputaba en su carrera, su segundo Open de España, y comenzó muy bien. Vuelta de 73 golpes el jueves, +1, con birdie en su segundo hoyo del día, y colocándose dentro del corte provisional antes de la segunda ronda.

Las cosas no fueron tan bien en la segunda ronda y falló el corte, pero lo que quedó en la memoria es muy positivo. Nos lo confirma el propio Sebastián. “De aquel Open todo son buenos recuerdos: estar con Pepín (Rivero), con Edu Serrano, mi preparador, y con mis amigos... El juego no pudo estar conmigo, pero me di cuenta de que, debido a la exigencia que tiene, ese tipo de campos era el mío si le pegaba más menos bien”, asegura.

García Rodríguez no tiene ninguna duda de que El Saler es de lo mejor que te puedes encontrar. “Me trae muy buenos recuerdos, para mí es el mejor campo de Europa con diferencia, pasan los años y no le han tenido que hacer reformas y el sitio es espectacular, me encanta la verdad”, afirma. Las vibraciones son muy positivas y eso es algo que ya tiene ganado antes de que empiece la batalla el próximo viernes 4 de noviembre.

Las semifinales de la Escuela se juegan a cuatro rondas. Los mejores pasarán a la final. Hasta que no comience el torneo no se sabrá de forma oficial cuántas plazas se reparten en cada campo, aunque suelen moverse entre 16 y 20.