El pasado sábado se dieron cita los alevines y benjamines madrileños en el fantástico recorrido de Barberán. A pesar de la lluvia, el futuro del golf madrileño jugó y disfrutó de la prueba.

La prueba se jugó en la modalidad Stroke Play Scratch 18 hoyos para los jugadores alevines y 9 hoyos para los benjamines.

El campo de Barberán se caracteriza por el numeroso arbolado que presenta todo el recorrido. Merece destacar el hoyo 8, un par 3 de 200 metros de largo.

En la competición alevín masculina el mejor de la jornada fue Ramón Aroca, con una vuelta de 85 golpes. Jaime Montojo quedó segundo con una vuelta de 88 golpes y Sergio Jiménez, en tercera posición presentó una tarjeta de 89 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Ramón Aroca presentó un excelente resultado de 74 golpes netos, pero la no acumulación de premios, le dio la victoria a Lucas Riestra con 76 golpes netos.

María Caparrós fue la ganadora en alevín femenino con una tarjeta de 88 golpes, tres menos que Lucía Esteban con 91 golpes. En tercera posición quedó Paula Martínez con 96 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Paula Martínez se proclamó vencedora con una vuelta de 66 golpes.

George Young ganó en la categoría benjamín con una vuelta de 43 golpes, seguido de Martín Saquicoray con 44 golpes. Con idénticos 44 golpes y en tercera plaza quedó Jorge Siyuan Hao. En cuanto a la clasificación handicap, la victoria fue para Martín Saquicoray con 34 golpes netos.

En cuanto a las señoritas de categoría benjamín, 58 golpes necesitó Carlota Pérez para hacerse con la victoria. Lola Urquijo quedó segunda con 59 golpes y Gabriela Cerro tercera con 61 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Carlota Pérez se proclamaba ganadora con 41 golpes netos, pero la norma de no acumulación de premios le dio la victoria a Gabriela Cerro con 42 golpes netos.

Un niño familiarizado con este juego puede mejorar hasta un 17 por ciento su capacidad intelectual -hay conexión directa entre la lógica del golf  y la lógica matemática- y también su comprensión vital,  pues el recorrido ayuda a interpretar signos, asociarlos y sacar conclusiones.

Los abnegados padres que traen a sus hijos son conscientes de eso. Saben que así los dotan de otra herramienta útil para moverse por el territorio hostil que siempre, al cabo, resulta ser la vida. Con tres elementos añadidos, importantes para la educación de un niño: la conciencia de que existen reglas, el respeto por el adversario -en el golf y en la calle siempre habrá alguien más listo que tú- y acostumbrarlo a encajar victorias y derrotas con naturalidad. Con elegancia.

Desde la Federación homenajear a estos pequeños jugadores; un inmenso respeto desde la experiencia de la edad adulta. Los mayores solemos dirigir a los “enanos” miradas críticas y pocas veces admirativas. Benevolentes, como mucho. Pero ellos controlan su mundo, lo dominan cada vez mejor.

El futuro del golf en Madrid habla en presente.

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