Después de empatar con el campo el primer día, y de dejarse tres golpes en la segunda jornada, que la llamada del movimiento haya sido así de provechosa para Pedro Oriol es una fantástica noticia. Desde luego que aún está lejos el ansiado top ten, pero haber conseguido por fin ganar al campo de Rabat es motivo de satisfacción.
Después de empatar con el campo el primer día, y de dejarse tres golpes en la segunda jornada, que la llamada del movimiento haya sido así de provechosa para Pedro Oriol es una fantástica noticia. Desde luego que aún está lejos el ansiado top ten, pero haber conseguido por fin ganar al campo de Rabat es motivo de satisfacción.
Al igual que en las dos ondas anteriores del Trophee Hassan II, Pedro se sintió mucho más cómodo en los primeros nueve hoyos. De hecho, fue allí donde rebajó su tarjeta hasta cruzar el ecuador del sábado con dos golpes a su favor.
Precisamente esos fueron los que sirvieron para asegurar el marcador ya que, de la segunda vuelta no sacó rédito alguno después de anular con bogey al 16 el birdie del 12.
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