No es fácil completar un torneo bajo par en ningún circuito, pero cuando se trata de un Major la cosa es aún más meritoria. Más aún cuando el circuito sénior europeo ha tardado cinco meses en ponerse en marcha y nuestros golfistas está faltos de rodaje.
No es fácil completar un torneo bajo par en ningún circuito, pero cuando se trata de un Major la cosa es aún más meritoria. Más aún cuando el circuito sénior europeo ha tardado cinco meses en ponerse en marcha y nuestros golfistas está faltos de rodaje.
Sin embargo, a Miguel Ángel Martín no parece haberle costado demasiado coger el ritmo en el 77 Senior PGA Championship, que hoy ha concluido en Michigan. Bien es verdad que Martín había disputado alguna de las previas de los lunes y que eso le había permitido colarse en algún torneo, e incluso ganar en una de sus visitas a Argentina. Pero aún así, terminar a mitad de la tabla en un campeonato tan exigente como el que ha disputado esta semana en Estados Unidos es ya de por si un éxito.
Lástima que el domingo no le haya permitido seguir con su buena racha de jornadas bajo par. Un complicado comienzo, con tres bogeys en los cuatro primeros hoyos, suponían un lastre que el madrileño intento solventar en los siguientes hoyos. Finalmente, en los segundos nueve, logró restar dos golpes al campo de Harbor Shores y descargar la carga para acabar con 71 golpes y un acumulado de -2.
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