El pasado lunes 16 de mayo se dieron cita los alevines y benjamines madrileños en el estupendo recorrido de Somosaguas.

La prueba se jugó en la modalidad Stroke Play Scratch 18 hoyos para los jugadores alevines y 9 hoyos para los benjamines.

En la competición alevín masculina el mejor de la jornada fue Martín William Wing con una vuelta de 80 golpes. Nikolay Barrios quedó segundo con una vuelta de 81 golpes y Jaime González-Llanos, en tercera posición presentó idéntica tarjeta de 81 golpes, desempatando por handicap. En cuanto a la clasificación handicap, la victoria fue para Juan Manuel Blanco con 62 golpes netos.

María Caparrós fue la ganadora en alevín femenino con una tarjeta de 79 golpes, dos menos que Lucía Esteban con 80 golpes. En tercera posición quedó Paula Martín con 83 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Lucía Ruiz se proclamó vencedora con una vuelta de 61 golpes.

Jorge Siyuan Hao ganó en la categoría benjamín con una vuelta de 37 golpes, seguido de Álvaro Rogado con 40 golpes. Con idénticos 44 golpes y en tercera plaza quedó George Young. En cuanto a la clasificación handicap, la victoria fue para Jorge Siyuan Hao con 32 golpes netos, pero la normative de no acumulación de premios le dio la victoria a Antonio Gil con 34 golpes netos.

En cuanto a las señoritas de categoría benjamín, 47 golpes necesitó Gabrila Cerro para hacerse con la victoria. Gabriela Olaya quedó segunda con 49 golpes y Lola Urquijo tercera con 53 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Gabriela Cerro se proclamaba ganadora con 28 golpes netos, pero la norma de no acumulación de premios le dio la victoria a Gabriela Olaya con 34 golpes netos.

Un niño familiarizado con este juego puede mejorar hasta un 17 por ciento su capacidad intelectual -hay conexión directa entre la lógica del golf  y la lógica matemática- y también su comprensión vital,  pues el recorrido ayuda a interpretar signos, asociarlos y sacar conclusiones.

Los abnegados padres que traen a sus hijos son conscientes de eso. Saben que así los dotan de otra herramienta útil para moverse por el territorio hostil que siempre, al cabo, resulta ser la vida. Con tres elementos añadidos, importantes para la educación de un niño: la conciencia de que existen reglas, el respeto por el adversario -en el golf y en la calle siempre habrá alguien más listo que tú- y acostumbrarlo a encajar victorias y derrotas con naturalidad. Con elegancia.

Desde la Federación homenajear a estos pequeños jugadores; un inmenso respeto desde la experiencia de la edad adulta. Los mayores solemos dirigir a los “enanos” miradas críticas y pocas veces admirativas. Benevolentes, como mucho. Pero ellos controlan su mundo, lo dominan cada vez mejor.

El futuro del golf en Madrid habla en presente.

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