Hay veces que la regularidad no es la mejor compañera de un golfista. Dicho así es verdad que suena raro, pero cuando el juego de nuestros profesionales se empecina en aferrarse a resultado elevados, por muy iguales que sean las vueltas, los resultados no son los esperados.
Hay veces que la regularidad no es la mejor compañera de un golfista. Dicho así es verdad que suena raro, pero cuando el juego de nuestros profesionales se empecina en aferrarse a resultado elevados, por muy iguales que sean las vueltas, los resultados no son los esperados.
Como ejemplo las vueltas de Marta Sanz en el Aberdeen Asset Management Ladies Scottish Open. Dos resultados de 76 golpes pueden dar una clara idea de lo equilibrado de su juego. Sin embargo, esa regularidad ha sido insuficiente para pasar el corte que se ha fijado en +7, dejando fuera a la madrileña por tan solo un golpe.
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