Han pasado ya tres meses desde que Marta Sanz jugó su último torneo del Ladies European Tour. Tres meses es mucho tiempo para alguien que está acostumbrada a viajar prácticamente cada semana para ganarse la vida jugando al golf. La espera, al fin, se acaba.

Marta ya cuenta las horas para hacer su debut en 2017. Concretamente, se producirá dentro de dos semanas en China. La madrileña regresará en el World Ladies Open, torneo que se jugará en Mission Hills del 17 al 19 de marzo y que repartirá la mayor bolsa de premios del año al margen de los grandes.

Los más de tres meses que Marta estará sin competir responden a la exigencias del guión, sólo se ha jugado un torneo en el Ladies European Tour este año, y a una estrategia perfectamente planificada por parte de la golfista del RACE.

Como decimos, en lo que llevamos de 2017 el LET sólo ha celebrado una prueba, el Oates Vic Open en Australia a comienzos de febrero. Marta analizó los pros y los contras de cruzarse el mundo para jugar un torneo y volver, y acabó decidiendo que era mejor quedarse entrenando en casa. “Es un viaje que desgasta mucho para competir una sola semana y he preferido quedarme para terminar de rematar una buena pretemporada”, asegura la jugadora madrileña.

Marta está deseando volver a la acción para seguir su progresión como jugadora. El año pasado disputó catorce torneos en el LET y superó ocho cortes. Sumó un top 10 y tres top 20. Acabó el año en el puesto 35º del orden de mérito del circuito europeo y dobló prácticamente las ganancias conseguidas el año anterior. En definitiva, fue el año de la consolidación en la élite.

Ahora, Marta quiere dar un paso más adelante. Su objetivo es estar más de uno y dos domingos peleando por el triunfo y convertirse en una habitual de los grandes. El año pasado ya cumplió un primer objetivo al debutar en el British Open. La idea es que los majors sean una parte habitual de su calendario.

Otro de los objetivos es crecer en el ranking mundial y meterse al menos en el top 300 del mundo, una línea que no tiene nada lejos y que sabe que viene acompañada por el buen juego y los buenos resultados. Si el año pasado fue el de la consolidación en el circuito europeo, Marta confía en que éste sea el del despegue definitivo, con la vista puesta siempre en el LPGA Tour como gran objetivo final.

Tampoco hay que olvidar que estamos en año Solheim Cup. Meterse en el equipo europeo es un objetivo tan difícil como extraordinario. Pero no será Marta quien se quite de la cabeza ese sueño mientras tenga opciones de conseguirlo. El camino, duro y empinado, comienza en poco más de diez días y las ganas son infinitas.