El golf madrileño estará representado por partida doble en la gran final de la Escuela del LPGA Tour, la gran meca del golf mundial. Luna Sobrón y Marta Sanz lograron su clasificación en la segunda fase que se disputó la semana pasada en Florida. La cruz de la semana fue para Patricia Sanz, la mayor de las hermanas Sanz, que se quedó fuera del corte por poco.

Luna rubricó un torneo excepcional. Fueron cuatro días muy sólidos, arriba del todo, peleando desde el principio por las primeras plazas. Arrancó de maravilla con una vuelta de 67 golpes y ya nunca puso en duda la clasificación. De hecho, acabó en una sobresaliente quinta plaza. Se metían las ochenta primeras y empatadas. “Ahora estoy con un poco de jetlag... Llegué el lunes a Valencia para jugar el último LETAS de la temporada, así que aún un poco desubicada. Pero bueno, la semana pasada llevé de caddie a Jesús Mozo y nos fue súper bien. Muy contenta, tanto yo con él como con mi juego. Desde el tee bastante bien y el putt esté mejorando cada vez más. Tengo confianza y muchísimas ganas. El campo era muy distinto a lo que estoy acostumbrada, con rough alto y espeso. Cuando fallas el green hay que saber recuperar. Todos los días hacía viento, así que muy contenta con el resultado y, especialmente con el juego”, asegura a la Federación de Golf de Madrid.

Marta Sanz también se metió en la final aunque de una manera bien distinta. Tremenda lucha de la jugadora del RACE y enorme remontada con tres birdies en los últimos nueve hoyos para meterse entre las ochenta primeras. Otra jornadas de raza de la golfista madrileña, bien escoltada por su madre que le iba haciendo de caddie. “La semana iba tranquila dentro de lo que cabe, no deja de ser una semana de Escuela, pero sentía que estaba jugando bien y tenía confianza en mí misma.

El primer día, ahora habiendo acabado, fue el que más cómoda me encontré. Jugué muy bien, iba tranquila, pegando muy buenos golpes. En los segundos nueve me hice dos bogeys tontos y fallé una infinidad de putts de birdie que me impidieron poner una vuelta bajo par, pero al acabar sabía que había jugado bien y me fui con ganas de salir al día siguiente. La segunda vuelta salí 'on fire', tirazos y buenos putts con tres birdies en cinco hoyos, pero hice un bogey muy tonto en el par 5 hoyo 16 (que le tengo mucha manía jaja) y se me fue la cabeza, clave en estas semanas. Los segundos nueve iba desquiciada y acabé +3.

La tercera vuelta una vez más me noto jugando muy bien (aunque ya el putt muy tensa, muchos fallos) pero dos golpes en dos hoyos claves me costaron dos dobles que castigaron la tarjeta demasiado y sólo pude hacer -1 en los otros 16. Y la cuarta vuelta pues como siempre, a remar, que parece que me gusta pero no es así. Intento no estar en estas situaciones, pero en la segunda fase siempre he tenido que remar.... Gracias a que de juego largo me encuentro mejor que nunca y supe mantener la cabeza muy fría, pude luchar una vuelta interminable. Iba fallando putts a diestra y siniestra, sin ninguna opción, y gracias a coger calles y greenes y a mi madre (que la llevaba de caddie) que me mantenía paciente, conseguí meter tres putts en los segundos nueve que firmaban -1 y me clasificaban. Un alivio al final meterse en la final, pero fatal siempre teniendo que recurrir a una última vuelta de infarto. Lo bueno es que aquí todo vale, pero mucho trabajo por delante este par de meses para afinar unas cuantas cosas y salir a por todas en la final a conseguir el objetivo real de todo esto”, asegura Marta. Patricia, por su parte, se quedó a tres golpes del objetivo.

La Final de la Escuela del LPGA se disputará del 29 de noviembre al 3 de diciembre en Florida, en el complejo LPGA International. Serán cinco rondas de golf. Después de la cuarta vuelta habrá un corte con las 70 mejores y empatadas. Las veinte primeras conseguirán la tarjeta completa del LPGA.