Hay pequeños gestos que delatan el talante de un deportista, señales casi inconscientes que no buscan destinatario, pero que dicen más que las declaraciones mejor articuladas. En la segunda y decisiva jornada de la prueba del Santander Tour celebrada en el Real Golf de Pedreña, Luna Sobrón salía del hoyo 18 seria y sin celebrar su segundo triunfo del año después de una cruel corbata en el compromiso final, y quien no hubiera estado siguiendo el torneo, podría haber pensado que ese golpe de más le había arrebatado el título. Esa mueca en absoluto fue de cara a la galería, ni evidenciaba un exceso de competitividad mal enfocado: era la reacción de una deportista de maneras contenidas y sonrisa presta que, no obstante, se toma muy en serio su trabajo. La plasmación en el campo de golf de un carácter muy especial.
Hay pequeños gestos que delatan el talante de un deportista, señales casi inconscientes que no buscan destinatario, pero que dicen más que las declaraciones mejor articuladas. En la segunda y decisiva jornada de la prueba del Santander Tour celebrada en el Real Golf de Pedreña, Luna Sobrón salía del hoyo 18 seria y sin celebrar su segundo triunfo del año después de una cruel corbata en el compromiso final, y quien no hubiera estado siguiendo el torneo, podría haber pensado que ese golpe de más le había arrebatado el título. Esa mueca en absoluto fue de cara a la galería, ni evidenciaba un exceso de competitividad mal enfocado: era la reacción de una deportista de maneras contenidas y sonrisa presta que, no obstante, se toma muy en serio su trabajo. La plasmación en el campo de golf de un carácter muy especial.
Si en la primera vuelta de esta prueba del Santander Tour todo le fue rodado, en la segunda la balear tuvo que hacer acopio de fortaleza mental para superar la presión impuesta por sus compañeras de partido, la francesa Céline Herbin y la escocesa Laura Murray. La principal amenaza, sobre el papel, era Herbin, jugadora local a todos los efectos y perfecta conocedora del campo, además de contar con un palmarés en el que figura el Open de Francia de 2017. Las previsiones se cumplieron y ambas jugadoras fueron intercambiando golpes —metafóricos y golfísticos— en un día algo fresco y ventoso, pero que fue mejorando a medida que avanzaba la jornada.
Luna Sobrón superó un momento crítico a mitad de vuelta, donde encadenó una mala racha con el putt que le llevó a desperdiciar alguna oportunidad clara de birdie y a cometer un bogey en el par 5 del hoyo 9 después de una cruel corbata, pero después sacó a relucir ese carácter que también saltó a la vista en los momentos finales del torneo para acabar imponiéndose, no sin suspense, a Céline Herbin.
“Estoy muy contenta y este triunfo me da confianza de cara a los próximos torneos. Ganar siempre es satisfactorio, pero es un reflejo del trabajo que estoy haciendo”, resumía la española poco después de la entrega de premios, donde acaparó galardones como en la primera prueba del año disputada en Golf Santander.
Sobrón también tenía claro dónde podía haber estado la clave de la vuelta, de nuevo apoyada en la fortaleza mental que demostró después de un mal momento.
“A mitad de la vuelta, en el hoyo 9, he cometido bogey después de equivocarme de palo en el tercer golpe y Céline ha hecho birdie. Ese momento ha sido bastante crítico, pero me ha gustado la forma de llevarlo en el siguiente hoyo, un par 3 donde he pegado un buen golpe a green”, resumía la balear. Pese a no aprovechar ese birdie en el 10, Sobrón ha vuelto a ordenar su vuelta y a cobrar ventaja, aunque el final le dejara cierto sabor agridulce. “No me esperaba cometer bogey en los dos últimos hoyos desde la mitad de la calle, y de ahí mi enfado. Me hubiese hecho ilusión acabar bajo par la vuelta porque estaba jugando bastante bien y me ha dado rabia acabar con dos bogeys. Sabía que había ganado, pero compito conmigo misma”.
La ganadora también tenía palabras de elogio para la sede del torneo, presentado una vez más en impecables condiciones.
“El campo está perfecto pese al agua que ha caído, sobre todo al final de la semana anterior y principio de esta. Los greenes están increíbles y me encanta afrontar el desafío que supone leer sus caídas. Céline me lo ha puesto difícil, pero disfruto con la presión y me gusta verme en situaciones de supuesto match-play contra golfistas de gran nivel como las que acuden a las prueba del Santander Tour”.
Por detrás de Sobrón y Herbin, cierran el podio la escocesa Laura Murray, que firma su mejor papel en el Santander Tour, y Nuria Iturrios, que protagonizó una vuelta bipolar. La también balear comenzaba la vuelta encadenando errores y llegaba al tee del 9 con un +6 apabullante en la tarjeta, pero después se desmelenaba con un eagle y cinco birdies para ascender a una meritoria tercera plaza. Por último, cabe destacar la actuación de María Sierra, mejor amateur del torneo.
La próxima prueba del Santander Tour es el Campeonato de España de Profesionales que se jugará del 18 al 21 de octubre en el Zaudín Golf Club de Sevilla.
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