El golf arrastra demasiados clichés y ayer se desmontaron todos y cada uno de ellos en Villa del Escorial; un campo de 9 hoyos rústico a los pies del monte Abantos.

Las calles del recorrido son rústicas pero cuidadas con esmero, los greenes, pequeños y colocados estratégicamente detrás de encinas y olmos, donde la “casa club” es un cuartito donde lo mismo hacen el control de tarjetas que te ponen un café, donde la terraza está bajo un techado artesanal que aloja mesas y sillas de resina para tomar la cerveza del 19, y comentar el palo adecuado para atacar el difícil 18. 

Como es habitual los 63 jugadores jugaron 18 hoyos bajo la modalidad Medal Play Hándicap. Dominar el juego corto no es fácil y es vital para avanzar en el camino del golf. Embocar 18 hoyos puede llevar hasta 5 horas, pero con la modalidad de Pitch & Putt se reduce el tiempo, sin dejar de ser atractivo e igual de ameno y divertido.

Todos los jugadores recibieron un bocadillo y una botella de agua como avituallamiento.

El ganador absoluto scratch con 54 golpes fue Javier Niederleytner.

En la clasificación supersenior Vicente Villanueva se erigió como ganador con 52 golpes y el ganador senior fue Julián Marrufo con 51 golpes netos. 

En palabras de Juan Redondo, presidente del Comité de P&P: 

”Para acabar de enamorarte del campo de Villa del Escorial, los que trabajan allí, lo mismo salen para ordenar el aparcamiento, que barren los greenes afectados por la arena de los búnkeres. 

La amabilidad y el trato de todo el personal completa la sensación de estar en un sitio donde se respira golf de verdad, auténtico, sin lujos, ni alharacas. Sólo golf”.

 

Agradecer un año más a los patrocinadores de Pitch & Putt su presencia en todos los torneos de los distintos circuitos; Bodegas Habla y el catering FFG.

Ver clasificaciones