Pedro Oriol acabó segundo en el KPMG Trophy. No ganó y eso siempre deja un regusto agridulce, pero al menos se marcha de Bélgica con la satisfacción de haber rubricado la mejor semana de su carrera en el Challenge Tour.

Oriol ha dado un paso adelante en el Royal Waterloo Golf Club, histórica sede del torneo situada a escasos kilómetros de donde se produjo una de las batallas claves que terminaron con Napoleón. Concretamente, allí ha puesto una pica. Iguala su mejor resultado de siempre en el Challenge Tour y consigue su mejor cheque, superando al que logró en el Barclays Kenya Open de 2014, hace ya más de tres años, torneo donde también acabó segundo, y al que se llevó el año pasado en Ras Al Kaimah, una de las pruebas de las series finales del Challenge donde finalizó cuarto.

Pero más allá del cheque en sí mismo (18.700 euros), que tampoco le va a resolver gran cosa, lo importante sí es la fantástica cosecha de puntos que ha hecho para la clasificación de la Road to Omán, el orden de mérito que rige el Challenge Tour y que determina qué jugadores consiguen la tarjeta del European Tour para 2018.

Con los puntos sumados en Bélgica, Oriol da un salto de gigante en el Challenge. Se coloca en la octava posición, perfectamente colocado entre los quince primeros de la Road to Oman, es decir, aquellos que lograrán la tarjeta del European Tour cuando acabe el año.

La temporada en el Challenge apenas se encuentra en su primer tercio, pero sin duda es una extraordinario aliciente que Pedro se vea ya metido entre los quince elegidos. Aún queda mucho por jugar y muchas batallas que librar, pero uno de los primeros pasos importantes ya está dado.

Además, Oriol comprueba muy rápido que lo que está haciendo con su nuevo equipo de trabajo capitaneado por Pepín Rivero empieza pronto a dar muy buenos frutos.