Si San Isidro viviera su handicap sería de 1ª Categoría

Desde La Federación de Golf de Madrid queremos homenajear la Fiesta Grande de nuestra región. Estamos convencidos que si San Isidro fuera contemporáneo nuestro, jugaría al golf y su hándicap sería de 1ª categoría pues su andar era veloz y constante. Puede, incluso, que se adelantara a los primeros jugadores escoceses de golf, por su afición a quitar las piedras del camino con su cayado y lanzarlas con velocidad y puntería a cientos de metros.

Cada 15 de mayo y desde el siglo XVI es costumbre ir en romería a beber el "agua del santo" que brota en un manantial anexo a la Ermita de San Isidro. Esta celebración se mezcla con la costumbre de merendar en las praderas de San Isidro si el tiempo lo permite y al ser festivo en Madrid, un espléndido día para los amantes del golf.

Ya desde 1528 se vendían las rosquillas del Santo, entre las más famosas se encontraban, las tontas (sin recubrimiento), las listas (con baño de azúcar), las francesas, las populares de la «Tía Javiera» y las de «fuenlabrada», generalmente ensartadas en un bramante. Igualmente era costumbre adquirir botijos (coloraos de Alcorcón, o los amarillos de Ocaña), pitos de cristal con flores de cristal (los denominados pitos del Santo). Las bebidas habituales eran los «chicos» de Valdepeñas (vasos de vino), la «clara con limón» y limonadas. Ese ambiente fue recogido por Goya en 1788, representando la popularidad de esta fiesta a finales del siglo XVIII. Recuerda el escritor Benito Pérez Galdós en su obra "Mayo y los Isidros" que era costumbre viajar a Madrid en esta celebración, de esta forma la capital se llenaba de extranjeros recorriendo las calles y a estos visitantes foráneos se les denominó con el mote de "Isidros". La romería durante el siglo XX fue trasladada a la antigua dehesa de la Arganzuela y luego a la Casa de Campo, pero en 1941 se volvió a recuperar la tradición.

San Isidro nació en Madrid, alrededor del 4 de abril de 1082. Desde muy temprana edad poseía el don de encontrar agua, como los actuales zahorís. Algunos de los manantiales fueron marcados posteriormente como lugares mágicos, incluso algunos de ellos fue entendido como lugar de milagro.

Murió el 30 de noviembre de 1172 a los 90 años y todos en la Villa lo consideraban ya un santo. Enterrado primero en el cementerio de la parroquia de San Andrés, fue trasladado a la Iglesia, ya que la lluvia desenterró su cuerpo incorrupto.

Alfonso VIII en 1212 mandó exhumar el cadáver y que hicieran un arcón para enterrar su cuerpo. La devoción del Santo fue creciendo y su cuerpo a veces era sacado de procesión con el objeto de invocar lluvias. En 1520 Juan de Vargas solicitó permiso papal para construir en la Plaza de la Paja una pequeña capilla dedicada al santo, y poder colocar allí sus restos y construyó en 1528 una ermita dedicada a San Isidro, a las afueras de la ciudad, el mismo que dio origen a la visita que anualmente hacían los madrileños. El 14 de julio de 1619 se beatificó a Isidro y se fijó la fiesta para el 15 de mayo. Fue declarado patrono de los agricultores españoles por Juan XXIII en bula del año 1960. También es patrono de los Ingenieros Agrónomos y los Ingenieros Técnicos Agrícolas.

Ver Programa de las fiestas en honor a San Isidro

http://www.esmadrid.com/sanisidro/