Una charla con Javier Colomo es siempre un viaje apasionante por la montaña rusa del golf, de sus sensaciones, sus alegrías, sus frustraciones, sus lados brillantes, también los oscuros. En definitiva, es un paseo por todo lo que rodea a un jugador de golf profesional que cada semana pelea por ganarse la vida. Así de simple y complicado a la vez.

La temporada ha sido complicada y difícil. Tanto es así que llegó un punto en que se plantéo seriamente dejar el golf de alta competición. Entonces, se cruzó en su camino Nacho Garrido y le hizo ver que igual aún le quedaban balas en ese espléndido arsenal de golfista que tiene el jugador extremeño afincado en Madrid. No tardó en convencerle. Tampoco hacía falta mucho, ya que Javi lleva la competición en las venas. No se puedo decir que sea un jugador nuevo, pero sí que empieza una etapa nueva con toda la ilusión del mundo donde nos avanza que tratará de compaginar la competición con la enseñanza.

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Valoración de la temporada: siete años seguidos con la tarjeta de Asia

Se dice pronto, siete años consecutivos con la tarjeta, ¡cómo pasa el tiempo! No puedo ocultar que ha sido una temporada muy floja, aunque por suerte ha sido suficiente para tener trabajo el año que viene. Pero me quedo con que al final he visto la luz y he vuelto a ver el potencial que llevo dentro. Estoy muy orgulloso de cómo he terminado la temporada, rompiendo en el último torneo del año una racha de siete cortes seguidos fallados y sin dejar de tener una sonrisa en la cara durante ese tiempo.

¿Cuál es el diagnóstico general al Javier Colomo golfista, desde el punto de vista técnico, físico y mental?

Llevo unos cuatro años decreciendo a todos los niveles, de juego, resultados, confianza, económicamente... y a finales de octubre tras el Indonesia Open exploté. Decidí plenamente convencido que dejaba la competición. Y eso que la adoro, la llevo en la sangre. Pero no aguantaba más con ese peso encima, soportando la presión constante de necesitar hacer buenos resultados para seguir generando dinero y todo ello unido a la frustración y desconfianza por unos resultados pobres que no reflejaban el trabajo duro y el sacrificio...

Así que nada más llegar a España descolgué el teléfono y llamé a Nacho Garrido, quería empezar a trabajar en su academia de golf en Somosaguas.

Él me dijo que si realmente era eso lo que quería, pues que allí tenía un hueco para empezar a trabajar impartiendo clases. Pero que si en realidad no quería dejar de competir se ofrecía a ayudarme a preparar el último mes y medio de temporada y luego ya veríamos qué pasaba. Así que volvimos a sentarnos al día siguiente con un plan de trabajo y unos objetivos, y la verdad es que he logrado casi todo lo propuesto. De hecho los resultados era lo que menos nos importaba. He vuelto a tener autoconfianza y autoestima. Alegría en lo que hago. Irradiar tranquilidad en lugar de angustia. Tener yo el control y no permitir que las circunstancias me alejen de mis objetivos. Así que estamos muy orgullosos del cambio y realmente ilusionado con la nueva temporada.

Lo mejor y lo peor de 2018 y los objetivos para el próximo año

Lo peor es como siempre estar muchas semanas lejos de mi familia. El sacrificio personal y económico que supone estar tan lejos de casa y no obtener unos buenos resultados que me permitan al menos vivir y también competir algo más relajado y no estar pensando continuamente en el dinero. Lo mejor sin duda es el cambio que he logrado en el último tramo de la temporada. Volver a sentir confianza en mí mismo y disfrutar de mi trabajo.

Seguramente marquemos muchos objetivos, algunos tan desafiantes como sacar la tarjeta del European Tour y otros tan simples y difíciles al mismo tiempo cómo sonreír tras un fallo. Ganar un torneo en el Asian Tour también está en la lista, así como disfrutar, disfrutar de los buenos momentos y también de los malos, porque de ellos podemos salir más reforzados.

¿Algo que puedas adelantar ya de este año?

Sí, voy a competir menos semanas en el Asian Tour. Seleccionaré los torneos más grandes y aquellos campos que mejor se adaptan a mi juego, en lugar de jugar todo “a machete”. Quiero evitar desgastarme tanto física y mentalmente, ya que Asia no está a un paseo. Son vuelos de unas 18 horas de media desde España. Entonces también he pensado que me gustaría dedicar una parte del tiempo que estoy en casa a la docencia, aún no sé cómo lo voy a enfocar, pero me motivaría mucho poder trasmitir todo lo que sé sobre competición, estrategia, preparar torneos, jugar ciertos golpes... Dirigido a jugadores jóvenes con idea de hacerse pro o incluso a algún jugador ya profesional. Ojalá encontremos el modo de que todo engrane perfectamente y tengamos un 2018 cargado de emociones.