Balmaseda terminó discreto en el Alps, mientras que Pedro Oriol aprovechará el domingo para mejorar posiciones

Tan solo un golpe separa a Gonzalo Fernández–Castaño de esa ansiada victoria con la que reeditar su victoria de 2007 en este mismo torneo. Una bonita coincidencia si pensamos que aquella fue su tercera victoria y este sería el sexto trofeo con que adornar sus vitrinas. Una cifra redonda que además serviría para retomar esa racha de victoria por año a la que nos acostumbró durante sus primeras temporadas en el Tour.

Dispuesto a todo, el golfista de Puerta de Hierro se mostró muy acertado en la jornada de movimiento llegando a restar hasta nueve golpes en su tarjeta -7 birdies y un eagle-. Por desgracia también los bogeys afloraron. “He fallado dos o tres golpes que me han costado muy caros, especialmente dos bolas al río, que no es precisamente lo que quieres en este campo; pero también es verdad que te permite recuperar muy bien y yo he terminado con dos birdies en los últimos hoyos, que me han situado en muy buena posición para mañana.”

A pesar del fantástico final, el resultado fue insuficiente tanto para  alcanzar al sudafricano Garth Murray como para poner tierra de por medio con sus perseguidores. Mañana no podrá apartar la vista del retrovisor ya que tanto Rafa Cabrera como Pablo Larrazábal se sitúan a un solo golpe de él, por lo que le toca prepararse para una intensísima jornada final. “Igual que el domingo pasado en Holanda, mañana voy a salir a por todas y ojalá el juego acompañe un poco mas que la semana pasada, que, la verdad, de tee a green no estuve a la altura; hubo un momento que parecía que nadie quería ganar el torneo y yo todavía seguía con posibilidades después del birdie del hoyo 12, pero, mirando hacia atrás y siendo objetivo, el domingo pasado yo no estuve en posición de ganar según le pegué de tee a green”.

Por lo que respecta a Ignacio Garrido, el resbalón de hoy –acabó con 76 golpes- le pone en la siempre difícil tesitura de tener que afrontar la ronda final desde el furgón de cola. Ni siquiera sus dos birdies, uno al final de cada vuelta, consiguieron arrancar una sonrisa al menor de los Garrido que veía que, un año más, saldaba el torneo italiano con un resultado muy alejado de lo que nos tiene acostumbrados. Siempre nos queda la satisfacción de saber que le tendremos el lunes en El Encín para disputar la decimonovena prueba del Circuito de Madrid de Profesionales.

Buena actuación de los nuestros en el Challenge y en el Alps
Otro de los que tendrán que correr para llegar a tiempo a El Encín es Pedro Oriol que nada más terminar mañana su trabajo en el Abierto kazajo, tendrá que volar a Madrid donde compartirá partida con Ignacio Garrido. Con tres vueltas bajo par, y en el puesto catorce, Oriol necesita de su mejor golf para escalar posiciones que le permitan aumentar sus ingresos, por que el trabajo ya lo ha completado con creces.

A quien también tendremos oportunidad de ver en el campo de Alcalá de Henares es a Carlos Balmaseda. El popular “Charcy” recién llegado de Normandía se pondrá en el tee del uno con la satisfacción de haber jugado un buen torneo a pesar de que el resultado no acompañó al juego desplegado.

Tras su recuperación, Balmaseda afrontó su primera prueba fuera de nuestras fronteras arrancándole al campo normando hasta tres golpes el primer día. Desafortunadamente, y aunque pasó el corte, dos vueltas de 72 golpes (+1) le dejaban inmerso en el pelotón de ocho jugadores que conformaron la vigésimo quinta plaza.