Una inoportuna enfermedad afectó a sus resultados Nacho Garrido lleva muchos años con los palos a cuestas como para ponerse nervioso a estas alturas.
Nacho Garrido lleva muchos años con los palos a cuestas como para ponerse nervioso a estas alturas. La temporada no marcha bien, cierto, la tarjeta del Circuito Europeo corre serio peligro, pero el madrileño conoce bien el oficio y sabe que no son más que gajes propios de la profesión a la que se dedica en cuerpo y alma. Una inoportuna mononucleosis que le afectó en pleno corazón de la temporada ha marcado sus resultados. Esta semana llega al Portugal Masters tras cinco torneos consecutivos sin pasar el corte y sólo tres fines de semana jugados desde el Open de España. Una travesía en el desierto provocada por una enfermedad que le fue consumiendo la energía poco a poco. “Por la mañana me encontraba bien, pero a medida que avanzaba el día me iba debilitando. Los nueves segundos hoyos de la vuelta siempre lo pasaba muy mal y el segundo día ya casi no podía con mi alma, prácticamente no tenía ni ganas de jugar. Los médicos me lo advirtieron, pero claro, me sucedió cuando se jugaban el PGA de Wentworth, Francia, Escocia... torneos que no te quieres perder, y lo intenté. Pero no podía”, explica el jugador de Somosaguas. El Portugal Masters, que arranca el jueves en el Oceánico Victoria de Vilamoura, es su última oportunidad de sumar los euros suficientes para mantener la tarjeta. Queda un torneo más en Australia, pero su presencia está descartada. “No sería lo mejor, un viaje tan largo, sin tiempo casi para preparar el campo, aún con el físico tocado. Esta es mi última oportunidad”, asegura. La empresa no es fácil. Necesita acabar primero o segundo para asegurar la tarjeta. No obstante, Garrido no pierde la calma. Si no consigue la machada esta semana jugará la final de la Escuela para tratar de recuperar la tarjeta y si las cosas no salen, no descarta tomarse un año casi sabático, al menos en lo que se refiere a la competición. “La mejor noticia es que la enfermedad ya está olvidada, pero aún tengo alguna secuela física. Para recuperarme del todo habría necesitado hacer una pretemporada en toda regla, pero ha sido imposible con los torneos. Si no consigo la tarjeta para el próximo año me lo tomaré con calma, descansaré y me prepararé bien para recuperar el tono físico y volver a la carga más adelante”, explica.
Una circular imprescindible para todos los que participan en competiciones en el extranjero.
Traca final del golf madrileño juvenil en el RCG de La Moraleja, rebautizado con el nombre de una persona muy espec...