La crisis del Coronavirus nos ha mostrado, aparte de demasiado dolor, la cara más luchadora y comprometida de la sociedad, representada en su mayoría por el personal sanitario que se ha jugado la vida a diario peleando contra el Covid-19.
La crisis del Coronavirus nos ha mostrado, aparte de demasiado dolor, la cara más luchadora y comprometida de la sociedad, representada en su mayoría por el personal sanitario que se ha jugado la vida a diario peleando contra el Covid-19.
Uno de esos casos de grandes héroes a los que cada tarde salimos a aplaudir es el de Felipe Herranz, fisioterapeuta y enfermero en un centro de salud madrileño, aparte de vocal del Comité de Golf Adaptado de la Federación de Golf de Madrid y de la Real Federación Española de Golf.
Hace unos meses, Felipe ya vislumbraba una jubilación tranquila, a partir del 3 de mayo, día en el que cumplía los 65 años. Ya se veía disfrutando a todas horas de su gran pasión, el golf, y no únicamente jugando, pues sabe que la jubilación le traería más tareas en los comités a los que pertenece, aunque estaba deseando hacerlas.
Al igual que el resto, no imaginaba que una pandemia mundial tenía otros planes pensados para él, pues toda esta crisis estalló y Felipe no dudó ni un segundo en ponerse manos a la obra y arrimar el hombro en primera línea de batalla.
“Cerramos la consulta de fisioterapia en nuestro centro de salud, aunque seguimos atendiendo a los pacientes gracias al teletrabajo, ya fuera por llamadas o mandándoles vídeos de lo que debían ejercitar. Obviamente, eso me llevaba menos tiempo que mi día a día habitual, así que me puse a ayudar al resto de compañeros, pues también soy enfermero aparte de fisioterapeuta. Esa ayuda podía ser de cualquier tipo, desde hacer el triaje a la entrada, hasta visitar las residencias de ancianos o fregar las consultas, pues en esos momentos no dudas en hacer absolutamente de todo,” nos cuenta el propio Herranz.
“Para más inri, mi mujer también es enfermera, aunque ella sí que lo ha pasado realmente mal, pues ha estado en el servicio de UVI del Hospital de la Concepción, y eso es otro nivel. Apenas nos cruzábamos de lejos en el pasillo de casa, y eso no es fácil, menos aún los días en los que ella llegaba hundida por haber perdido pacientes. Pero bueno, no ha sido fácil para nadie,” sentenciaba Felipe.
Como decíamos, la jubilación de Felipe estaba prevista para el día 3 de mayo, y aunque tenía que haber llegado a esa fecha gastando los correspondientes días de vacaciones, no dudó en seguir trabajando cada día hasta esa fecha, “incluyendo Semana Santa, algo que no habíamos hecho nunca.”
El día 1, dos antes de su adiós, el programa de Antena 3, 'En primera línea', hizo un reportaje en el centro de salud de Felipe y, obviamente, hablaron con él. Esta fue su emotiva intervención:
Y llegó el día 3 de mayo, un domingo especial para él, pues se despedía de muchos años de trabajo, de sus compañeros y de sus pacientes. Era momento de empezar otra vida, más ligada a su otra pasión: el golf. “No veía el momento de que llegara el día en el que volvieran a abrir los campos, y esta semana ya he ido a jugar. Han sido tres semanas un poco aburridas, pero me he pasado varios días por el centro de salud para echar una mano, aunque por suerte ya está todo mucho más tranquilo. A partir de ahora, es momento de disfrutar del golf, siempre respetando, por supuesto, todas las medidas de salud porque esto que hemos vivido no se nos puede olvidar,” concluyó Felipe Herranz, un héroe sanitario amante de nuestro deporte favorito.
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