Durante el 2020 el golf ha vivido una explosión y ha demostrado que es uno de los deportes más seguros en tiempos de pandemia y un aliciente contra la tristeza, pudiendo practicarlo con amigos y familiares. Salir a un campo de golf con amigos y jugar 9, 18 hoyos, con amigos, bajo el sol y la brisa invernal no tiene precio.
Durante el 2020 el golf ha vivido una explosión y ha demostrado que es uno de los deportes más seguros en tiempos de pandemia y un aliciente contra la tristeza, pudiendo practicarlo con amigos y familiares.
Salir a un campo de golf con amigos y jugar 9, 18 hoyos, con amigos, bajo el sol y la brisa invernal no tiene precio. El golf es una fuente inagotable de energía, de emociones profundas, un camino hacia el bienestar y un estilo de vida donde mantener y forjar nuevas amistades. Mientras lo practicamos, los problemas se paralizan, se difuminan, no existen durante ese rato y podemos ver a familiares y amigos sin riesgo alguno de contagios.
El confinamiento y el abuso del ámbito digital nos ha hecho echar de menos el aspecto físico y social. Y con el golf se resuelven todos a la vez.
La distancia social es facilísima de mantener en golf, igual que seguir viendo a amigos y familiares en un entorno seguro.
En estos tiempos del coronavirus donde la mayoría de las personas andan más irritables, hostiles y tristes, es vital arrancar los pensamientos negativos con la práctica de algún deporte y si es en compañía de seres queridos mejor que mejor. Simplifica la realidad y es un antídoto contra la tristeza.
Y el golf es ideal ya que conjuga todas las ventajas de un deporte individual, al aire libre donde se quedan fuera el miedo y la ansiedad. Es sinónimo de salud. Todo son efectos beneficiosos; bienestar físico, psíquico y social. Y si encima, ese día juegas bien, la sensación de plenitud es máxima.
El golf es extraordinario
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Si jugar al golf es un placer, en pareja se multiplica.