El golfista madrileño, brillante durante las dos primeras jornadas de competición y simplemente excelso en la última y decisiva ronda, ha inscrito su nombre al palmarés de una competición que atesora ya cuatro triunfos españoles tras los conquistados anteriormente por  Luis Gabarda en 1992, Víctor Fernández en 1998 y José María Zamora en 2005.

La merecida victoria de Carlos de Corral supone la guinda del pastel a una actuación sobresaliente de los representantes españoles, tres de ellos asimismo en el Top 10 de la clasificación final gracias a la acumulación de aciertos de Santiago Vega de Seoane (cuarto clasificado), Alejandro Larrazábal (quinto) y Bernardo Campos (noveno).

Carlos de Corral exteriorizó sin reparos su exultante alegría en el hoyo 18 tras ejecutar un putt auténticamente quirúrgico, cuesta abajo, en un green con dos pianos y tres plataformas que, de haber sido golpeado ligeramente más fuerte, podía haberle deparado un auténtico desastre a imagen y semejanza de lo que habían sufrido previamente muchos de sus rivales más enconados, entre ellos el sueco Erik Persson y el australiano Richard Heath, segundos clasificados a tres golpes del ganador.

Brazos al cielo, grito ganador de confirmación de la gesta incluido, Carlos de Corral reverdeció antiguos laureles, esos que le encumbraron como campeón de España Infantil en 1993 y 1994 y de categoría cadete asimismo en 1994, preludios victoriosos de una trayectoria que incluyó posteriormente el profesionalismo, donde también arañó el triunfo en el Campeonato de España Dobles PGA 2005.

De vuelta al amateurismo “hace ya siete años”, Carlos de Corral era la viva imagen de la satisfacción en la mesa de entrega de tarjetas “porque ha sido la consecución de un objetivo largamente perseguido. Me lo propuse hace un año, cuando apenas jugaba una vez cada dos meses, pero desde entonces me he preparado para ganar este título”.

Para ello, el golfista madrileño ejecutó su obra con maestría indudable, diez primeros hoyos sobresalientes, donde acertó a incrustar cinco birdies en su tarjeta –la mejor del día y de todo el torneo, para más inri–, “si bien, posteriormente, me entró el nerviosismo, justamente lo contrario de lo que digo habitualmente, por lo que cometí algún que otro fallo que por fortuna no ha tenido repercusión alguna”.

Se refería, el nuevo campeón de Europa Mid Amateur, a dos bogeys en los hoyos 13 y 15 que, efectivamente, no tuvieron efecto alguno en la clasificación final por aquello de que sus sucesivos rivales, uno tras otro, se vieron afectados asimismo por errores en un campo tremendamente exigente y porque Carlos de Corral, en el hoyo 18, tenía reservado la guinda a su sensacional victoria, un putt quirúrgico que mereció brazos al cielo y grito ganador de confirmación del éxito.