No es fácil ser profeta en la tierra de uno. Menos aún si se pretende semejante hito cuando se ejerce de local en un campo tan exigente como el emblemático Club de Campo Villa de Madrid. Pero lo cierto es que quien tuvo retuvo, y aunque ahora los desvelos de Salto se vuelcan en sacar adelante a las futuras promesas de este deporte, cuando toca batirse el cobre, Salto tira de raza para agarrarse a un campo que conoce a la perfección y que hoy a dominado de principio a fin.
No es fácil ser profeta en la tierra de uno. Menos aún si se pretende semejante hito cuando se ejerce de local en un campo tan exigente como el emblemático Club de Campo Villa de Madrid. Pero lo cierto es que quien tuvo retuvo, y aunque ahora los desvelos de Salto se vuelcan en sacar adelante a las futuras promesas de este deporte, cuando toca batirse el cobre, Salto tira de raza para agarrarse a un campo que conoce a la perfección y que hoy a dominado de principio a fin.
El primero de los cinco birdies que lograba arrebatarle hoy al campo de Javier Arana, llegaba en el hoyo uno, cuando desde la privilegiada atalaya con la que se inicia el recorrido ponía su bola en calle para embocarla en tres golpes. A partir de ahí, los hoyos 4, 7, 13 y 16, seguían la misma suerte. Lástima que el bogey del 11 impidiese aumentar la ventaja de un golpe sobre Antonio Hortal e Ismael del Castillo.
Con 70 golpes, y empatado Cristian Iglesias y Daniel Berna, Santiago Luna se convirtió en el mejor senior, mientras que el joven Alejandro Aguilera, con 71 impactos, resultó ser el mejor amateur .
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