Ayer se dieron cita los alevines y benjamines madrileños en el estupendo recorrido de Somosaguas.

La prueba se jugó en la modalidad Stroke Play Scratch 18 hoyos para los jugadores alevines y 9 hoyos para los benjamines.

En la competición alevín masculina el mejor de la jornada fue Álvaro Revuelta con una vuelta de 68 golpes. Ramón Aroca quedó segundo con una vuelta de 72 golpes y Jaime Gutiérrez, en tercera posición presentó idéntica tarjeta de 75 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, la victoria fue para Jaime Gutiérrez con 57 golpes netos.

María Caparrós fue la ganadora en alevín femenino con una tarjeta de 72 golpes, cuatro menos que Lucía Esteban con 76 golpes. En tercera posición quedó Paula Martín con 78 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Cristina Andueza se proclamó vencedora con una vuelta de 61 golpes.

Javier Cobiella ganó en la categoría benjamín con una vuelta de 38 golpes, seguido de Jorge Siyuan Hao con idénticos 38 golpes, pero desempatados por handicap. En tercera plaza quedó Álvaro Rogado con 40 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, la victoria fue para Diego Álvaresz con 29 golpes netos.

En cuanto a las señoritas de categoría benjamín, 43 golpes necesitó Verónica Expósito para hacerse con la victoria. Clotilde Navarrete quedó segunda con 44 golpes y Miriam Méndez-Peñalosa tercera con 48 golpes. En cuanto a la clasificación handicap, Verónica Expósito se proclamaba ganadora con 25 golpes netos, pero la norma de no acumulación de premios le dio la victoria a Clotilde Navarrete con 29 golpes netos.

Un niño familiarizado con este juego puede mejorar hasta un 17 por ciento su capacidad intelectual -hay conexión directa entre la lógica del golf  y la lógica matemática- y también su comprensión vital,  pues el recorrido ayuda a interpretar signos, asociarlos y sacar conclusiones.

Los abnegados padres que traen a sus hijos son conscientes de eso. Saben que así los dotan de otra herramienta útil para moverse por el territorio hostil que siempre, al cabo, resulta ser la vida. Con tres elementos añadidos, importantes para la educación de un niño: la conciencia de que existen reglas, el respeto por el adversario -en el golf y en la calle siempre habrá alguien más listo que tú- y acostumbrarlo a encajar victorias y derrotas con naturalidad. Con elegancia.

Desde la Federación homenajear a estos pequeños jugadores; un inmenso respeto desde la experiencia de la edad adulta. Los mayores solemos dirigir a los “enanos” miradas críticas y pocas veces admirativas. Benevolentes, como mucho. Pero ellos controlan su mundo, lo dominan cada vez mejor.

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