El profesor de golf es primordial para comenzar... y para continuar mejorando. El mismísimo Tiger Woods viaja siempre con su profesor.
Es cierto que hay jugadores que presumen de ser autodidactas, pero empezar de cero sin tomar clases a la larga te resultará más caro que empezar correctamente con la ayuda de un profesor. Y cuando el alumno está preparado, aparece el maestro.
“El golf es un deporte muy técnico, con un proceso de aprendizaje largo. Si aprendes sin un profesor puedes tener lesiones derivadas por dos factores: un mal grip y/o un mal swing, que pueden provocar problemas de columna lumbar”, aconseja Ignacio Guerras, traumatólogo y presidente de la Federación de Golf de Madrid.
Es muy importante que en nuestros primeros pasos nos dejemos aconsejar por un profesional. Al principio, el movimiento del swing resulta completamente antinatural. Si hacemos que nuestro swing natural no tenga defectos ni vicios tendremos una progresión mucho mejor que si por no dar unas clases nos acostumbramos a hacer un swing incorrecto.
La recomendación general es que se den al menos 10 clases de 1 hora entre práctica y teoría con un profesor para poder iniciarse como golfista con una mínima formación. Al margen de estas clases con profesor es recomendable que el jugador practique por su cuenta en la zona de prácticas de algún club de golf y lógicamente cuanto más practique más rápido podrá progresar.
El golf es prometedor, fascinante y tentador, pero también puede ser humillante y desmoralizador. Esa dualidad es probablemente lo que le convierte en uno de los deportes más cautivadores que existen.
Dicen que, si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno, ni es bueno el maestro…
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