El abuso de jugar al golf rodeado de paisajes que propician una conexión espiritual, paseos de casi 10 kilómetros (si se juegan 18 hoyos), el olor a hierba fresca, la brisa, la fauna, donde el silencio envuelve nuestro juego, puede hacerse crónico y compulsivo.
Rellenando tarjetas
Una circular imprescindible para todos los que participan en competiciones en el extranjero.
Traca final del golf madrileño juvenil en el RCG de La Moraleja, rebautizado con el nombre de una persona muy espec...